El significado de la palabra "Estalentáu" en el diccionario de Fabla aragonesa significa: torpe, aturdido y desmemoriado, bien, pues en este grupo de amigos tenemos de todo.

Fuera de bromas, el motivo de abrir este blog es poder compartir nuestras pequeñas y grandes aventuras, en las montañas, en las escaladas o en los pequeños y grandes viajes que todos soñamos con realizar algún día, además de poder compartir los sueños.

Espero que nos acompañéis en esta nueva peripecia y que disfrutéis leyendo, tanto como nosotros escribiendo.

Nos leemos!!!

sábado, 3 de diciembre de 2011

PRIM Y ANTONIO - ANTONIO Y PRIM

HOMENAJE

Antonio tiene con su perro, Prim, una relación sosegada y homogénea, entre ellos no tienen cabida las alharacas emocionales, que en muchos pastores van de un extremo a otro. Antonio y Prim son dos viejos compañeros trashumantes en los que el respeto y la jerarquía se renuevan cada día a pesar de estar jubilados ya los dos.> Desde que conozco a ambos jamás he visto que de Antonio saliera hacia Prim una caricia zalamera, pero por contra, tampoco he visto un mal trato o un descuido en la puntual comida: una buena rebanada de pan untado, huesos y algún capricho que el día depara. En el fondo, Cabalero es un buen pedagogo; Prim siempre espera lo mismo de él. Antonio tiene las cosas claras:"No te fíes en piedra redonda ni en can que bate a coda ni en hombre de barba roya. Mira que te joderán".
Prim es un pequeño e inteligente perro de raza de chira o lebris, oriunda del Pirineo francés. Rubio blanquiñoso, con la edad los pelos más bien parecen lanas de las ovejas que ha guardado toda su vida que, como ellas, va perdiendo poco a poco. En medio de la frente tiene un mechón blanco que parte su mirada azul y cristalina. Su hocico es alargado y prospecto. Sus orejas van siempre caídas como queriendo decir que la lección ya está aprendida. Posee una mirada limpia y atemperada por los años. Tiene un porte seguro y discreto y, finalmente, sabe buscar el sitio junto al amo porque está bien enseñado: se sienta a su izquierda, con las patas delanteras estiradas y cerrando en ovillo fetal hocico y cola, a la espera de algún trozo de pan, que siempre llega del mismo lado. Evidentemente, Antonio y Prim, Prim y Antonio, en el paisaje de la vida son la misma cosa. Prim fue comprado de cadillo (1) en el Pirineo francés por el amo de Casa Lucas de Aquilué en la Navidad del año 1980; por lo tanto, ahora que escribo estas líneas en el otoño del 95 tiene catorce años largos y ya ha rebasado "Tres años vive un hurón y tres hurones un perro. Tres perros vive el caballo y tres caballos el dueño". El pobre Prim está muy viejo. Me cuesta imaginarme a Antonio sin su viejo compañero. Aparentemente, el nombre de Prim pudiera parecer el fruto de la imaginación lúdica de Antonio; sin embargo, es el fruto de una reflexión más profunda: lo llamó así porque aún retine fresco en la cabeza el romance del general Prim, que su padre le recitaba con frecuencia y también porque él entiende que el nombre de los perros ha de ser corto y apto para el grito seco.
Antonio en su larga vida ha conocido a muchos perros y a miles de ovejas y, como los maestros de la vieja escuela, aún recuerda sus nombres: Colina, Lista, Fina, Mora, Rabosa, Pequeña, Marquesa, Clavel...Otra cosa es que, de forma cariñosa y de modo genérico, los llamase coscolo o coscolín....
Cabalero recuerda a sus antepasados y se cree afortunado. El ha sido pastor con perro, pero su padre dirigía el rebaño lanzando piedras, gritos y silbidos. En su casa, lo de los perros franceses es cosa de hace cuatro días.
Afirma que su perro sabe de ganado tanto o más que él. "Yo creo que este perro sabe o que hablo -añade-. A veces hablo con él: ¡Mira aquellas ovejas, ya podemos marchar! y lo entiende..."
Para Antonio la fidelidad es la virtud principal del perro. Él ha sabido de vidas caninas ejemplares: por ejemplo conoció en el año 1955 un perro de Casa Fañanás de Aso que, estando en Tierra Baja y sintiendo una profunda añoranza ante la ausencia de los amos, se presentó un buen día en su querido hogar, abandonando las fechorías de un desalmado pastor.
Aunque Antonio y Prim han guardo las distancias, cuando la soledad y el frío atenazaban sabían compartir solidariamente hasta el calor de sus cuerpos: en Septiembre, en las mallatas de Laguarre y Acumuer, cuando de noche entraba algún frente frío y empezaba a vomitar copos de nieve y viento, Prim se echaba apretujado a los pies del lecho de Antonio. "¡Olé, la calor que me daba!" -afirma con el reconocimiento de su rostro. Sin embargo, dormir con el perro cuando hay tormentas asegura que encierra mucho peligro. Pero Antonio sentía pena - "¡Pal caso eres tú el perro!" - y dormía con él, delatándole cualquier movimiento extraño del ganado o de algún jabalí o zorro.
Pero en la montaña no había que abusar de esta fidelidad. A veces era preferible no ordenar movimientos al perro y dejarlo sentado junto al zurrón, porque, de lo contrario, si el viento no era favorable y no oía las órdenes, podía despeñar al rebaño. Por eso las órdenes tenían que ser secas:
"¡Maaaquí, Tomaquí!...", aunque Antonio también las daba con movimientos de cabeza-
Para finalizar, la muerte del perro es un hecho triste, que trasciende. Día a día se ve cómo se apoca el compañero, cómo pierde facultades: vista, oído, olfato. Andan pegados a la pierna del pastor, Así un día, se van a morir solos, porque la muerte "es muy fea"...
Sin embargo, el perro fiel también era objeto de chanza entre los pastores. Antonio tiene un pequeño repertorio:
"-¿A que no sabes por qué tienen los pies pelados?
-¡Pues por qué va a ser. Porque corren que se las pelan!"
Otra:
"-¿Por qué no tienen ni una perra os perros?
-¡Porque, si tienen alguna, la j.... enseguida!"
Otra. Esta vez una historia:
"¡Se acabó comiendo hasta la cebolla cruda!".

(1) Cadillo: Cachorro o perro recién nacido.

"Ignoro qué ocurrirá con este libro: si se leerá, si se venderá, si pasará desapercibido o si, por el contrario, irá de mano en mano y de boca en boca. No me duele este riesgo; Cabalero debe ser patrimonio de todos".
Cabalero (Un viejo pastor del Pirineo)
Autor: Enrique Satué Olivan.

Salu2  M.Carmen

1 comentario:

  1. Muchas gracias Pato Dormilon por taernos estos bellos relatos de E. Satue que nos permiten conocer mejor nuestros Pirineos sus gentes y costumbres. Un besote que te dare personalmente.

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